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VENTAJAS, PROBLEMAS Y CONSECUENCIAS DE LA PRÁCTICA AGRÍCOLA TRADICIONAL

Desde un enfoque ambiental, la producción papera en el páramo de Rabanal se halla localizada sobre suelos con distintas características físico – químicas, las cuales presentan alteraciones por ser este recurso natural sometido a diferentes prácticas culturales inadecuadas, especialmente cuando son sembrados y regados; así mismo, también experimentan cambios negativos los humedales cercanos debido al efecto contaminante que llegan a sus aguas una vez es efectuado algún control fitosanitario, bien sea vía eólica o mediante contacto directo no solo al asearse aquellos equipos aspersores empleados para cumplir estas labores, sino también como resultado de verter residuos activos e inclusive botar empaques vacíos entre esos ecosistemas hídricos. Cuando se realiza el tratamiento de semilla, como norma general este insumo es almacenado en habitaciones donde hay poca aireación, por lo cual para protegerlo contra cualquier posible daño se le aplica plaguicidas utilizando dosis, productos y sistemas inadecuados como el espolvoreo,  convirtiendo ese lugar en un foco contaminante que afecta negativamente no solo suelos sino también aguas debido a diferentes procesos físicos asociados con saturación edáfica e infiltración hasta alcanzar algún cuerpo de agua subterráneo, cuya corriente o cauce drene hacia otro superficial. De igual forma, en el proceso de la siembra, cuando es adecuado o ampliado algún terreno se remueve tanto material vegetal como suelo al ser abiertos surcos, canales de drenaje y algunas otras veces reservorios para captar aguas lluvias o corrientes provenientes desde fuentes hídricas, sin considerar todas aquellas implicaciones ambientales negativas que ocasionan como los procesos erosivos o la fragilidad del ecosistema al cual están interviniendo.

 

Al igual que los anteriores procesos, con la fertilización de los cultivos se emplean productos agroquímicos en dosis inadecuadas con base a experiencias anteriores, sin conocer los requerimientos reales del nuevo cultivo establecido o la disposición de nutrientes acumulados entre el suelo. Además, también es aplicado abono orgánico como gallinaza que aún no está descompuesto, lo cual fomenta plagas y enfermedades sobre esa área sembrada afectando igualmente aquella biodiversidad circundante como una consecuencia secundaria. En el manejo de plagas existe un fuerte arraigo al empleo de plaguicidas como principal control sobre cualquier organismo que afecta el cultivo, así que son usados diferentes productos químicos en mezclas inadecuadas y muchas veces diluidas con grandes volúmenes de agua, sin considerarse aquellas condiciones ambientales existentes para efectuar o suspender las aplicaciones, lo cual perturba unos ciclos biológicos efectuados durante ciertos periodos específicos como la reproducción.

 

Dentro del componente socio económico se ha identificado que de acuerdo a lo establecido con el sector campesino, el mercado agrícola es desfavorable al productor primario y concentra la ganancia en los intermediarios. Esto contribuye acrecentar la pobreza campesina y acelera el deterioro de los recursos naturales, puesto que el campesino se ve obligado a aumentar la frontera agrícola invadiendo la zona del páramo con el objeto de incrementar sus ingresos.

 

En el ámbito de comercialización, depende del tamaño de producción, los pequeños productores generalmente comercializan en la plaza principal del pueblo, mientras los medianos y grandes productores lo hacen directamente en los centros de consumo.

 

Aunque la practica agrícola tradicional genera impactos significativos en el medio ambiente, alterando las dinámicas de equilibrio que se establecen en los ecosistemas, el único beneficio reconocible de esta práctica está concentrado en las raíces culturales de los agricultores, donde se establecen técnicas ancestrales para la implementación de la agricultura, sin embargo, desde que los insumos químicos entraron a hacer parte de las prácticas y se generalizo y amplio su uso, tanto las actividades autóctonas como los beneficios al ecosistema se han reducido sustancialmente. Las consecuentes demandas de los productos y la competencia han llevado a los agricultores a desviarse cada vez más de los beneficios de la agricultura tradicional para entrar en la revolución verde que ha impactado en gran medida los campos del todo mundo. Es por esto que es relevante entrar a evaluar posibilidades más ecológicas que favorezcan la producción agrícola, los problemas de hambre y desnutrición y al mismo tiempo se frene el impacto hacia el suelo y los ecosistemas.

TIP + INFORMACIÓN

Entrevista a experto sobre Ventajas y Desventajas de la Agricultura Sostenible

VENTAJAS Y CONSECUENCIAS DE LA PRÁCTICA AGRÍCOLA SOSTENIBLE

De los beneficios que trae consigo es la sostenibilidad a largo plazo. Muchos de los cambios que se han observado en el medio ambiente son de largo plazo y lentos. Este tipo de agricultura toma en cuenta los efectos a mediano y a largo plazo de las intervenciones agrícolas en el agroecosistema. Por lo tanto, se propone producir alimentos a la vez que se establece un equilibrio ecológico para proteger la fertilidad del suelo o evitar problemas de plagas. Asume un planteamiento activo en vez de afrontar los problemas conforme se presenten.

 

Así, según la FAO, a nivel de suelos, es fundamental las prácticas de enriquecimiento de los suelos, como la rotación de cultivos, los cultivos mixtos, las asociaciones simbióticas, los cultivos de cubierta, los fertilizantes orgánicos y la labranza mínima, que benefician a la fauna y la flora del suelo, mejoran la formación de éste y su estructura, propiciando sistemas más estables. A su vez, se incrementa la circulación de los nutrientes y la energía, y mejora la capacidad de retención de nutrientes y agua del suelo, que compensa que se prescinda de fertilizantes minerales. Estas técnicas de gestión también son importantes para combatir la erosión, se reduce el lapso de tiempo en que el suelo queda expuesto a ésta, se incrementa la biodiversidad del suelo y disminuyen las pérdidas de nutrientes, lo que ayuda a mantener y mejorar la productividad del suelo. La emisión de nutrientes de los cultivos suele compensarse con los recursos renovables de origen agrícola, aunque a veces es necesario añadir a los suelos potasio, fosfato, calcio, magnesio y oligoelementos de procedencia externa.

 

Con respecto al agua, en muchas zonas agrícolas es un gran problema la contaminación de las corrientes de agua subterráneas con fertilizantes y plaguicidas sintéticos. Como está prohibido utilizar estas sustancias en este tipo de agricultura, se sustituyen con fertilizantes orgánicos y mediante el empleo de una mayor biodiversidad (respecto a las especies cultivadas y a la vegetación permanente), que mejoran la estructura del suelo y la filtración del agua. Los sistemas orgánicos bien gestionados, con mejores capacidades para retener los nutrientes, reducen mucho el peligro de contaminación del agua subterránea.

 

En cuanto al aire, la agricultura orgánica reduce la utilización de energía no renovable al disminuir la necesidad de sustancias agroquímicas (cuya producción requiere una gran cantidad de combustibles fósiles). La agricultura sostenible contribuye a mitigar el efecto de invernadero y el calentamiento del planeta mediante su capacidad de retener el carbono en el suelo. Muchas prácticas de gestión utilizadas por la agricultura orgánica (como la labranza mínima, la devolución de los residuos de las cosechas al suelo, la utilización de cubiertas vegetales y las rotaciones, así como la mayor integración de leguminosas que contribuyen a la fijación del nitrógeno), incrementan la devolución de carbono al suelo, lo que eleva la productividad y favorece el almacenamiento de carbono.

 

Por otro lado, los efectos en la biodiversidad, en el plano de los genes, prefieren las semillas y las variedades tradicionales y adaptadas, por su mayor resistencia a las enfermedades y a las presiones del clima. En el plano de las especies, diversas combinaciones de plantas y animales optimizan los ciclos de los nutrientes y la energía para la producción agrícola. En cuanto al ecosistema, mantener zonas naturales dentro y alrededor de los campos de cultivo, así como que no se utilicen insumos químicos, propician un hábitat adecuado para la flora y la fauna silvestres. La utilización frecuente de especies subutilizadas (a menudo como cultivos de rotación para restablecer la fertilidad del suelo) reduce la erosión de la agrobiodiversidad y crea una reserva de genes más sana, que es la base de la futura adaptación. Al proporcionarse estructuras que ofrecen alimento y abrigo, y al no utilizarse plaguicidas, se propicia la llegada de especies nuevas (de tipo permanente o migratorio) o que otras anteriores vuelvan a colonizar la zona orgánica, especies de flora y de fauna -como algunas aves- y organismos benéficos para el sistema orgánico, como polinizadores y depredadores de las plagas.

 

Y por último, a nivel de servicios ecológicos, donde las repercusiones de la agricultura orgánica en los recursos naturales favorecen una interacción con el agroecosistema vital para la producción agrícola y para la conservación de la naturaleza. Los servicios ecológicos que se obtienen son: formación, acondicionamiento y estabilización del suelo, reutilización de los desechos, retención de carbono, circulación de los nutrientes, depredación, polinización y suministro de hábitat. Al preferir productos orgánicos el consumidor promueve, con su poder de compra, un sistema agrícola menos contaminante. Disminuyen los costos ocultos de la agricultura para el medio ambiente, desde el punto de vista de la degradación de los recursos.

 

Como es de esperarse, en cuanto a sus impactos en la salud humana y animal, la ausencia de la utilización de productos químicos para la producción agrícola favorece en gran medida las condiciones sanitarias de la población al no estar en contacto directo con las sustancias químicas dañinas, permitir un sistemas de aguas más limpio libre de contaminantes provenientes de las fumigaciones y la dispersión de los químicos, y al final un claro beneficio a los consumidores de los productos de los cultivos agrosostenibles debido a la poca alteración de las características de los productos y la ausencia de químicos potencialmente dañinos que pueden acumularse en los organismos, disminuyendo la bio acumulación de sustancias toxicas.

© 2015 por Lina Marcela Acevedo. Publicación con fines educativos. Pontificia Universidad Javeriana, Colombia. Proudly created with Wix.com

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